viernes, 31 de agosto de 2007

Santo Domingo, mi bella patria

Santo Domingo es una ciudad encantadora que combina la sofisticación del mundo moderno, con el carisma del viejo mundo y la pasión de América Latina. Esta agradable ciudad deslumbra por su excelente gastronomía. Su vibrante vida nocturna da opción a todo tipo de diversión. Todo ello en el incomparable marco de un patrimonio histórico único en las Américas. Por eso, es el sitio ideal para los viajeros que buscan disfrutar de lo contemporáneo y de lo antiguo a la vez. Fue proclamada por la UNESCO "Patrimonio de la humanidad”. Es una ciudad de primicias en grandes construcciones (Catedral del Nuevo Mundo), en hospitales, universidades, palacios,… Las calles adoquinadas de la ciudad colonial evocan al ahora romanticismo, que supone caminar por sus calles. Recuerdo de una época colonial que se ve en sus fachadas de piedra y sus pequeños cafés a orillas del río.

De noche, la Calle de la Atarazana y las plazas de su alrededor recobran vida, como sitio de encuentro entre los dominicanos y los turistas. Desde allí, se observan las brillantes luces del Faro a Colón, ubicado al otro lado del Río Ozama. Este monumento, supuestamente, aloja los restos mortales de Cristóbal Colón. Por las noches, las luces láser que salen del monumento, proyectan una gigantesca cruz en el cielo, que combinando con las estrellas, hacen de este espectáculo algo irrepetible.

En Santo Domingo, se puede viajar a través de los siglos visitando los museos, dando un paseo de lo antiguo a lo moderno. En ellos se pueden visitar colecciones que hacen referencia a todos los aspectos de la vida dominicana pasada y presente. Algunos de ellos son los siguientes: Museo del Hombre Dominicano, Museo de Arte Moderno, Museo Nacional de Historia y Geografía, Museo Nacional de Historia Natural,… Todos ellos se encuentran en la Plaza de la Cultura, un gran parque donde los visitantes pueden fácilmente pasear de un museo a otro. Aunque de este tema hablaremos en el próximo artículo.

Se puede visitar también el Acuario Nacional, el Jardín Botánico, el Zoológico y Los Tres Ojos, una impresionante y agradable cueva de 15 metros de profundidad con tres grandes lagunas de estalagmitas y estalactitas.

De noche, la ciudad invita a disfrutar de una rica gastronomía en decenas de restaurantes de calidad mundial. En ellos, se huelen las influencias que han ido conformando la identidad de este pueblo. Una gastronomía rica y variada, que se ha conformado a base de miles de emigrantes que han pasado por el país. Han vuelto a estas tierras y han compartido lo mejor de las cocinas de sus países de origen.

Para aquellos que desean conocer la auténtica cocina dominicana, varios restaurantes ofrecen lo mejor de la comida casera criolla. Además, acompañados los platos, de un ambiente divertido y la decoración típica del lugar.

A cualquier hora de la noche, los turistas pueden unirse a los dominicanos y bailar y bailar en los clubes nocturnos. Uno de estos lugares es la fantástica Guácara Taína, una gran cueva convertida en centro cultural y discoteca. Los casinos de la ciudad permanecen abiertos hasta tempranas horas de la madrugada.

Creo que podríamos decir que la República Dominicana es el resort más grande y completo del Caribe. Y todo esto debido a sus kilómetros de hermosas playas capaces de encantar las miradas y corazones de nativos y de visitantes.

Nuestra tierra se distingue por su impresionante diversidad de lugares hermosos. En cada uno de estos lugares que da prestigio al país, la Secretaría de Estado de Turismo, estará encantada de ayudarle para brindarle una de sus mejores vacaciones.

¡Ay mi madre, cuantas culturas en esta pequeña isla! ¡Bendito sea dios!

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