miércoles, 27 de febrero de 2008

La vuelta del Gallo

Ante todo, quiero pedirles disculpas por mi ausencia. Estos últimos meses he estado un poco desanimado por asuntos personales. Pero ya estoy de nuevo con ustedes, porque lo he pensado bien y tengo que ponerme las pilas. Y como no, la mejor manera de recargar las alcalinas, es hablando de mi querida tierra.

Hoy es un gran día en Santo Domingo, porque se celebra el Carnaval. Quisiera explicarles, brevemente, cómo lo estarán celebrando mis queridos dominicanos. Desde España y a mi manera, este escrito pretende ser un homenaje al carnaval de mi tierra. No podía ser que un buen dominicano como yo, no celebrara de alguna manera el 27 de febrero. Este es mi apoyo para ustedes, diviértanse.

El carnaval en la República Dominicana es algo muy tradicional, por lo que se celebra en todos sus pueblos, aunque en algunos más que en otros.

Los trajes que hoy se lucen en el carnaval de la República Dominicana están inspirados en la ropa de nuestros antepasados. Con el tiempo, se han ido retocando para facilitar los movimientos de los danzantes en el momento de las comparsas.

Los vestidos de nuestras mujeres han traspasado nuestras fronteras y han sido reconocidos en el mundo entero. A quién de ustedes no le viene a la cabeza la siguiente imagen: una mujer dominicana con una blusa blanca (en corte bandeja rodeada de arandelas), ajustada y con cremallera y con una falda de colores subidos (estampados florales realizados en seda), que es típica por estar hecha a mano.

El traje típico de los hombres es más sencillo, pero tiene la misma importancia. Está formado por un sombrero básico elaborado a mano, una camisa blanca de cuello abierto y un pantalón de pinza color negro.

Los dominicanos más tradicionales siguen las costumbres anteriores, pero cada persona va al carnaval como le apetece. Lo único que debe hacer todo el mundo, es respetar el derecho de los demás a ir como quieran.

Desde Barcelona quiero dar apoyo al carnaval de mí país.